Nuestras vidas están llenas de emociones y sentimientos. Todos los días vivimos experiencias que golpean cada uno de nuestras partes del alma como la risa, la tristeza, la emoción, la aburrición, la confusión, entre muchas otras más.
Hoy, una de las emociones de la cual nos gustaría hablar es la ira.
Hay veces que hay cosas que nos hacen enojar, pero muchas veces nos quedamos callados o aguantamos la reacción de tal modo que queda guardado dentro de nuestra mente. En muchas ocaciones, se van acumulando estos enojos y disgustos hasta que llega al punto de que nos quedamos ciegos mentalmente porque nos nublan todos esos elementos que hemos guardado en nuestro ser.
Ya sea por el trabajo, por la familia, por los amigos o por algunas otras circunstancias que se nos presentan, los enojos que no desahogamos, se convierten en un explosivo resultado que puede llevarnos a tomar decisiones que tal vez no son las adecuadas, o decimos las verdades de una manera brusca y violenta, pero la verdad, es que la ira puede llegar a provocar daños muy graves tanto para nosotros mismos como para los demás.
Es por eso que no hay que dejar que se acumulen los malos pensamientos ni quedarse callado cuando algo no está bien y sabemos que se tiene que hacer algo al respecto, ya que muchas veces por miedo a no saber cual es el resultado, no lo hacemos, pero es mejor resolver las situaciones en el momento, que terminar con un resultado que puede perjudicarnos más de lo que pudimos haber evitado.
Así que no dejes que se acumulen en tu mente los pensamientos negativos ni las malas palabras. Si algo te está incomodando, dilo, para que te sientas mejor y puedas tener una tranquilidad mental que pueda ayudarte a mejorar tu estado de vida.
Hoy, una de las emociones de la cual nos gustaría hablar es la ira.
Hay veces que hay cosas que nos hacen enojar, pero muchas veces nos quedamos callados o aguantamos la reacción de tal modo que queda guardado dentro de nuestra mente. En muchas ocaciones, se van acumulando estos enojos y disgustos hasta que llega al punto de que nos quedamos ciegos mentalmente porque nos nublan todos esos elementos que hemos guardado en nuestro ser.
Ya sea por el trabajo, por la familia, por los amigos o por algunas otras circunstancias que se nos presentan, los enojos que no desahogamos, se convierten en un explosivo resultado que puede llevarnos a tomar decisiones que tal vez no son las adecuadas, o decimos las verdades de una manera brusca y violenta, pero la verdad, es que la ira puede llegar a provocar daños muy graves tanto para nosotros mismos como para los demás.
Es por eso que no hay que dejar que se acumulen los malos pensamientos ni quedarse callado cuando algo no está bien y sabemos que se tiene que hacer algo al respecto, ya que muchas veces por miedo a no saber cual es el resultado, no lo hacemos, pero es mejor resolver las situaciones en el momento, que terminar con un resultado que puede perjudicarnos más de lo que pudimos haber evitado.
Así que no dejes que se acumulen en tu mente los pensamientos negativos ni las malas palabras. Si algo te está incomodando, dilo, para que te sientas mejor y puedas tener una tranquilidad mental que pueda ayudarte a mejorar tu estado de vida.
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